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De compras con su conejito

Dejé su mano solo el tiempo suficiente para salir del coche y rodear hasta su lado. Abrí su puerta antes de extender mi mano hacia ella. Tan pronto como tomó mi mano, entrelacé nuestros dedos, iba a ser la única forma en que me mantendría cuerdo en ese momento. Escucharla hablar sobre el edificio ha...