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79; No la llames nada

EN ALGÚN LUGAR DESCONOCIDO

Kaden se sentó al lado de la cama mientras la observaba dormir como un bebé. Incluso en la angustia, ella aún lucía impecable. Su piel era como vidrio, brillando bajo los rayos del sol. Si hubiera sabido que se vería tan hermosa, no la habría rechazado. Habría pagado por ...