Read with BonusRead with Bonus

Epílogo, primera parte

Un mes pasó como arena entre dedos temblorosos.

Pero hoy, la corona ya no flotaría como una promesa sobre mi cabeza, sino que se asentaría allí con todo su peso y gloria. Me encontraba frente al espejo ornamentado en mis aposentos, apenas reconociendo a la mujer que me devolvía la mirada, envuelta ...