Read with BonusRead with Bonus

65: Teodoro

Mis manos no dejaban de temblar. Caminaba de un lado a otro en mi suite del hotel por lo que parecía la centésima vez, cada paso cargando el peso de mi corona, mi responsabilidad, y este nuevo, crudo dolor que se había clavado en mi pecho desde que Emma desapareció. Tres días de conocerla no debería...