Read with BonusRead with Bonus

⋆ Capítulo 35

El viaje en coche a casa fue silencioso, pero mi mente no paraba.

Mis manos no dejaban de temblar. Todavía sentía el calor en mi rostro, como si hubiera caminado a través de un fuego y salido del otro lado—confundido, agitado y completamente abrumado.

Ella estaba prácticamente medio desnuda—Dios. Ni...