Read with BonusRead with Bonus

Capítulo treinta y cuatro

Rose

Me sorprende cuánto estoy disfrutando de estar atada. Es una sensación extraña estar restringida y completamente a su merced, pero una que ha hecho que entre mis muslos esté empapada.

Jayce baja la cabeza y pega sus labios a mi cuello. No besa la piel, la chupa, fuerte. ¡Genial! Otro ma...