Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 40

En cambio, mis traicioneras manos se cierran en puños a mis costados, temblando de lo mucho que quieren alcanzarlo. Él se da cuenta.

Claro que sí.

Me inhala, sus labios flotando justo sobre mi mejilla, su aliento caliente contra mi piel. Un escalofrío recorre mi espalda. Odio con toda mi alma cómo r...