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Una caricia cálida rozó mi frente, dedos suaves se deslizaron por mi cabello, acariciándome con gentileza. Me removí, mi cuerpo dolorido, mi mente nublada mientras forzaba mis pesados párpados a abrirse.

La habitación estaba tenuemente iluminada, pero lo primero que vi—fue a él. Alex.

Sentado junt...