Read with BonusRead with Bonus

Un debilucho

Carmine

—No, mi señor, no solo soy una soñadora; estoy obsesionada —chilló ella, y con eso, se lanzó sobre mí sin previo aviso, tirando de mí para besarme mientras yo me quedaba congelado en shock.

—Esto es un tabú, rey. ¿Has olvidado que no hay contactos físicos hasta la ceremonia de marcad...