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Estás tan lista para mí...

GINGER

No podía creer lo que acababa de hacer. No podía creer lo desesperada que me había vuelto por él. Por Lincoln.

Incluso ahora podía saborearlo en mi lengua y Diosa ayúdame, me encantaba. La forma en que me hablaba era casi cruel y irrespetuosa, pero también posesiva y seductora de tal ...