Read with BonusRead with Bonus

Por su seguridad

LINCOLN

Ginger salió corriendo de mi oficina con lo que parecían lágrimas en los ojos y mi sonrisa se apagó, una náusea se retorció en mi estómago al darme cuenta de que todavía estaba dentro de otra mujer. Una mujer que no era Ginger. Maldita sea, ya estaba harto de esta perra frente a mí. No n...