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CAPÍTULO SESENTA Y NUEVE.

Parpadeé y sentí que se me caía la mandíbula de sorpresa.

—¿Él lo hizo?

Celine se rió.

—Puse la misma cara de asombro cuando sucedió.

—Espera, déjame entender esto bien —dije, inclinándome hacia adelante con los ojos muy abiertos—. El mismo Alex que conocemos siempre venía y pagó tu factura del ...