Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO TREINTA Y DOS.

Desde el momento en que puse un pie en la oficina, me propuse como única misión evitar a Alex a toda costa. No estaba dispuesto a darle otra oportunidad para criticarme tan duramente por mi supuesta falta de carácter.

Así que ideé una pequeña rutina —tan pronto como veía la silueta de Alex acercánd...