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mentiroso

Ahí estaba.

Alessandro. De vuelta en casa, aunque todavía era mediodía. Entró con la mandíbula apretada.

Su mirada pasó de mí a Jack en una fracción de segundo, tomando todo en cuenta, la tensión, el silencio, el marco de fotos ahora ligeramente inclinado en la mesa.

Por un momento, ninguno de noso...