Read with BonusRead with Bonus

Bromear

La mirada de ellos no se ha despegado de mí.

Puedo sentirla—como manos invisibles trazando la curva de mi columna, rozando mi cuello, deslizándose por mi espalda desnuda. Los trillizos no se mueven, no parpadean. Siguen observándome desde la sección VIP arriba, y empieza a sentirse menos como una o...