Read with BonusRead with Bonus

Armas seguras

La habitación estaba en silencio ahora.

Mi corazón aún latía rápido, aunque no por miedo o dolor. Era ese tipo de rapidez que viene de estar completamente abrumada — por el tacto, por el amor, por el peso de todo lo que había sentido en las últimas horas. Mi cuerpo estaba adolorido, mis piernas enr...