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Como en casa

La casa se sentía tranquila sin ellos.

Me senté junto a la ventana, mis manos envueltas alrededor de una taza caliente de té, usando una de las camisas negras de Dante. Olía a él—jabón limpio, colonia oscura y algo picante. Cerré los ojos por un segundo y lo inhalé. No sabía cómo ni cuándo sucedió,...