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Una disculpa y un regalo - Parte I

El lunes siguiente, Alcee entró en la oficina que compartía, a regañadientes, con su nuevo esposo e intentó mantener la compostura al ver a Raniero sentado en una silla frente al escritorio de Torq.

Dejó su bolso sobre su escritorio y evitó las miradas de ambos hombres mientras se sentaba y encendí...