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Capítulo sesenta y siete

El licántropo frente a ella parecía salvaje. La sangre goteaba al suelo desde una de sus numerosas heridas abiertas. Sus ojos negros eran depredadores y la mantenían clavada a la puerta. De nuevo, sus fosas nasales se ensancharon. Se acercó a ella. Su nariz recorrió sus brazos donde Lucas la había s...