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Capítulo cincuenta y ocho

—Así que ves, querida Catherine, por eso eres mía —explicó Dominic mientras miraba su reflejo en el espejo—. Todo está planeado. Seremos un buen equipo.

Catherine miró a su alrededor, tratando de ubicarse. Reconoció el edredón de caoba de Dominic. El sol se había puesto fuera de su ventana. Dominic...