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Capítulo 245

La consciencia volvió lentamente, como si nadara desde el fondo de un océano oscuro. Lo primero que noté fue el olor estéril—antiséptico, sábanas limpias, ese inconfundible aroma de hospital que parecía impregnarlo todo. Mi mente estaba nublada, envuelta en algodón, pero gradualmente la niebla comen...