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CAPÍTULO 57 Enfadado con ella

TARA

Aidan y yo fuimos apresuradamente al hospital infantil, y aunque él me aseguró varias veces que Nadia no estaba herida, no podía dejar de preocuparme. Mi sangre aún estaba tan cargada de adrenalina que ni siquiera sentía el dolor del corte en mi mano, a pesar de que seguía sangrando.

En cua...