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CAPÍTULO 37 Un pequeño beso

Zoey finalmente se había dormido, así que Aidan y yo pudimos salir de su habitación y dirigirnos a la de él.

—¿Quiero saber cómo es que eres tan buena con cosas como esa? —preguntó Aidan, refiriéndose a Zoey—. Era como si fueras una doctora profesional con la forma en que manejaste su pánico y sus ...