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CAPÍTULO 29 Una advertencia justa

Cualquier dispositivo que hubiera sido colocado bajo mi coche tenía una cuenta regresiva, y por mucho que durara, ya había comenzado a contar.

Gotitas de sudor se formaron en mi frente, pero no me atreví a soltar el volante en un intento de limpiarlas mientras me quedaba congelado en el lugar.

—¡...