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CAPÍTULO 27 El elefante en la habitación

TARA

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que la mano de Aidan estaba sobre la mía, pero finalmente algo se rompió, desconectando la tensión entre nosotros, y aparté mis manos, dejándole la bolsa.

—Voy a buscar a Nadia— dije, ignorando la repentina sequedad en mi garganta.

Aidan negó con ...