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CAPÍTULO 101 Quédate quieto

TARA

No pensé que iba a disfrutar la pérdida de la grosura de Aidan en el fondo de mi garganta, pero una vez que me acomodé sobre su posición medio sentada en la cama, con mi coño completamente expuesto frente a su cara, y sus manos aún más gruesas empezaron a acariciarme desde la parte trasera de...