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Suda mucho.

Isla

—¡Perrrrraaaaa! ¡Levántate!

—Ughhhh, vete a la mierda—, intento golpear donde imagino que está la molesta voz de Mia, pero en lugar de eso golpeo una pared de ladrillo y escucho un "Umph". Al abrir los ojos veo que estoy acostada en el asiento trasero, con mis pies en su regazo y mi cabe...