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EPÍLOGO NÚMERO DOS Y FIN

Dominic siguio volviendome loca con los movimientos de su lengua en mi hinchado clítoris, con sus dedos dentro de mi ser, hasta que me revolví en la cama sintiendo como una fuerte corriente recorrió mi cuerpo, apartándose de pronto Dominic de mi.

—- No mi linda puta, no permito que te corras ahora,...