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Otro Camino

—Al mismo tiempo que perdí la vista y es que cuando dejé de ver con los ojos comencé a observar con el alma y la cordura volvió de a poco a mi cuerpo. Nadie me preparo para enterrar a mi única hija, todos me dijeron que sería al revés. Fue un golpe duro que me desestabilizó por completo, por fortuna...