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X7

La luz de la mañana se filtraba a través de sus cortinas, suave e implacable. Alecia DeLuca estaba sentada en su tocador, girando el agua en un vaso para mojar su brocha. Su bata era de felpa blanca pesada, nítida pero gastada en el cuello. No había dormido. Su bolsa de maquillaje estaba abierta, pe...