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arrepentimientos

MISMO DÍA - TARDE

Val ni siquiera se dio cuenta de cuánto tiempo había estado mirando su teléfono. La pantalla se iluminó en su mano, y ella seguía sentada junto a la ventana, con una pierna doblada debajo de ella y la otra estirada. Afuera, el sol se había hundido, proyectando largas sombras e...