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Una ronda o dos

—Señora Santoro, ahí está.

Bianca se giró de la larga mesa de postres, parpadeando mientras la hija del presidente, Aisha, se acercaba a ella con una suave sonrisa y una copa de champán en la mano.

—Mi padre quiere hablar con ustedes ahora —dijo la joven—. Está esperando.

El ceño de Bianca se fru...