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CAPITULO 8: ¡ES MI ESPOSA!

Desde dentro de la habitación, Sara escuchó los golpes y, aunque por un momento se sintió tentada a abrir, se mantuvo firme. Sabía que Caspian no entendería su necesidad de privacidad, pero ella tampoco iba a ceder.

—¡Señor Hilton, ya basta! —gritó desde el otro lado de la puerta, su voz firme y d...