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CAPITULO 30: NO ME ENOJES

—Puedes gritar o Gemir, nadie te va a escuchar, no hay nadie en casa, más que nosotros dos. Esa declaración, le tomo de sorpresa a Sara, y así, cómo se encontraba, le preguntó jadeando. —¿Dónde están las sirvientas?, mientras Caspian, le estaba mordiendo el lóbulo de la oreja. Él le respondió. —Las ...