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Capítulo 27. MI REFLEJO Y YO (parte 1)

Al día siguiente el señor Fernando me permitió faltar a clases, pero no fue lo mismo con Gabriel y Rámses. Quedarme sola me hizo bien, lloré gran parte de la mañana, pero no podía estar todo el día encerrada. A pesar de la tranquilidad que la casa me daba por mi cuerpo corría la necesidad de moverme...