Read with BonusRead with Bonus

92

Daniel se puso en pie con dificultad. Odiaba esta debilidad, odiaba no poder hacerle frente en una pelea con justicia.

—¡No tienes idea de nada! –susurró Esteban, cuidando que su voz no se oyera fuera—. ¡No sabes nada!

—Sí lo sé. Un día me di la tarea de buscar tus orígenes y los de Diana. Hay tant...