Read with BonusRead with Bonus

77

A la mañana siguiente, él ya no estaba en la cama. Como siempre, encontró en su nochero una nota que decía que se había ido al gimnasio, y Diana se quedó en la cama otro rato, remoloneando, sin ganas de levantarse, a pesar de que tenía mucho que hacer.

Su teléfono timbró y vio en la pantalla que er...