Read with BonusRead with Bonus

42

—¡Papá! –gritó Esteban, aporreando un poco la puerta del despacho privado de Jorge al abrirla, y provocando que la pastilla que este había puesto en su mano se cayera al suelo.

Suspirando, Jorge buscó otra dentro del frasco, pero ya no quedaba ninguna. Había otro frasco en otro lugar…

—Hola, Esteba...