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Somos niños

La lluvia no paraba. Golpeaba con fuerza el techo de la vieja cabaña, como si intentara entrar, como si quisiera limpiar el mundo con cada gota. Desde la ventana, el paisaje era una acuarela gris y verde, los árboles temblaban con el viento, y los truenos hacían que el suelo retumbara bajo mis pies....