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25

Capítulo 25

La mañana llegó despacio, con la dulzura tibia de los primeros rayos de sol filtrándose entre las cortinas de lino. Amelia despertó entre los brazos de Sebastián, sus cuerpos aún entrelazados bajo las sábanas desordenadas. Por un instante, todo parecía perfecto, como si el mundo exterior...