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CAPÍTULO CIENTO CINCUENTA Y NUEVE

KYLE

Mi corazón se encogió dolorosamente al ver la figura que estaba justo adelante.

Cabello castaño—más largo y desordenado de lo que recordaba. Una cicatriz tenue recorriendo por encima de su ceja izquierda. Esos ojos gris acero—ojos que una vez me vigilaban, que una vez me atravesaban con la ag...