Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO CIENTO DOCE

ASHELY

Miré la taza por un largo momento antes de tomar un sorbo lento. El café era rico y calmante, del tipo que se siente profundo en el pecho y te recuerda respirar. Nos sentamos en silencio por un instante, el tipo de silencio que no se siente incómodo, solo necesario.

—Eres diferente, ¿sabes?...