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Capítulo 31

En el dormitorio, mis manos temblaban ligeramente mientras revisaba a Billy en busca de heridas, mis dedos suaves trazaban su cuello donde el agarre de Grace había dejado marcas rojas furiosas.

—Cariño, ¿estás bien? ¿Te duele en algún lugar?— mantuve mi voz firme a pesar de la rabia que crecía en m...