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Capítulo 114

Isabella miró a su tía Margaret de pie en la puerta, su estado de ánimo triunfal se evaporó al instante. La mirada penetrante de la mujer mayor recorrió la habitación del hospital como un bisturí.

—Bastante cómoda, ¿verdad? —comentó Margaret, con esa frialdad familiar en su voz—. Jugando a la heroí...