Read with BonusRead with Bonus

Quedarse donde duele

—Clara sabe —Pablo apareció sin avisar. Desde esa última charla, la distancia entre nosotros se había hecho más grande. De manera inconsciente o no, ya no me importaba demasiado a esa altura.

—¿Qué sabe?

—¡Lo de Violeta, Enzo!

Se tiró en uno de los sillones negros de mi oficina, devastado. O al m...