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Romano en miniatura

—De verdad, discúlpame por llamarte a esta hora María.

—No te preocupes Violeta, ¿qué pasó?

—Desde aquella vez que abriste los registros en tu casa todo cambió tanto… A lo mejor necesito una psicóloga.

Se rió.

—Cuéntame.

Mientras lo hacía, por video llamada, la veía girando la cabeza. El mismo ...