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Devorándote el alma a pedazos

Decía que no, pero ahí estaban los celos. Lo vislumbré esa noche en su apartamento cuando fui a buscarla porque me estaba volviendo loco. Mencionarle otras mujeres lo sacaba a la superficie. Ese era un único cabo de seguridad del que podía agarrarme porque era el único que no podía esconder por comp...