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Doce mil desconocidos

Daireaux. Era la primera vez que pisaba esa ciudad pequeña. Mi abuela había nacido allí, ni siquiera mi padre la conoció. Le dije a Clara que no era huir, y no lo era. Era salir corriendo.

Me tuve que esconder detrás de la terminal de buses para que nadie me viera llorar el miedo que tenía, que me ...