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El salvador inesperado

Alaric me rodeaba lentamente, sus ojos nunca dejaban mi rostro.

—Siempre pensé que te veías muy familiar. Ahora todo tiene mucho sentido.

La implicación detrás de sus palabras me hizo estremecer.

—Lo dudo. La única expresión en tu cara cuando nos conocimos fue un ceño fruncido.

—Entonces debes t...