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El látigo y la corona

Cuando Alaric finalmente se fue, llevándose a Ophelia con él, me di cuenta de que necesitaba escapar. El gran salón, con sus brillantes candelabros y ojos vigilantes, parecía cerrarse sobre mí.

Me sentía asfixiada después de presenciar esa horrible confrontación. Mi estómago se revolvía al ver cómo...